El verano recuerda a muchos su problema de sobrepeso y acuden ahora a un centro de adelgazamiento. Para comprobar si realmente estos establecimientos ofrecen un tratamiento saludable y eficaz, si su personal está debidamente formado y si ofrecen garantías sanitarias, técnicos de Eroski/Consumer han visitado durante el mes de mayo 110 centros de adelgazamiento en 18 ciudades del país.
Sus técnicos han actuado como clientes anónimos interesados en perder peso; una excusa con la que se analizaron 10 centros en Barcelona y Madrid, 7 en Bilbao, Valencia, Málaga, Sevilla y Zaragoza y 5 en A Coruña, Alicante, Córdoba, Granada, Murcia, Oviedo, Pamplona, San Sebastián, Santander, Valladolid y Vitoria.
Sus técnicos han actuado como clientes anónimos interesados en perder peso; una excusa con la que se analizaron 10 centros en Barcelona y Madrid, 7 en Bilbao, Valencia, Málaga, Sevilla y Zaragoza y 5 en A Coruña, Alicante, Córdoba, Granada, Murcia, Oviedo, Pamplona, San Sebastián, Santander, Valladolid y Vitoria.
Más de la mitad suspende
El precio medio del tratamiento asciende a 1.437 eurosLos resultados tras la visita a estos 110 centros coinciden en un aspecto: la promesa de perder peso (en ocasiones a un ritmo nada saludable). Algo más de la mitad de los establecimientos analizados (el 55%) suspende el examen.
Del resto de centros el 34% no logra más que un 'aceptable', mientras que apenas un 11% consigue una nota de 'bien'.
Del resto de centros el 34% no logra más que un 'aceptable', mientras que apenas un 11% consigue una nota de 'bien'.
Lo preocupante además es que, de los centros que suspenden el análisis, un 38% lo hacen con notas tan llamativas como deficiente o muy deficiente, muestra de la escasa o nula confianza que dan estos centros de adelgazamiento.
Por apartados, las únicas notas positivas recaen en la profesionalidad y la atención al cliente (ambos con una nota de 'bien'). Sin embargo, son malas las calificaciones para la identificación del problema de sobrepeso de estos pacientes (obtiene una nota de 'regular') y la explicación y especificación del tratamiento ('deficiente').
Por apartados, las únicas notas positivas recaen en la profesionalidad y la atención al cliente (ambos con una nota de 'bien'). Sin embargo, son malas las calificaciones para la identificación del problema de sobrepeso de estos pacientes (obtiene una nota de 'regular') y la explicación y especificación del tratamiento ('deficiente').
¿Es necesario perder peso?
Sin una correcta identificación del exceso de peso, de poco sirve recomendar al cliente un tratamiento adelgazante u otro. Los centros visitados suspenden este apartado con un 'regular':el 44% no realiza una medición adecuada de estos parámetros.
Por tanto, ¿cómo pueden estos centros ofrecer un tratamiento si no conocen la dimensión del problema? Y es que sólo el 26% de los centros visitados hizo una correcta identificación del problema de exceso de peso.
¿Cómo pueden dar tratamiento si no conocen la dimensión del problema?De los 110 centros de adelgazamiento visitados el porcentaje de centros que se interesaron por si el cliente se había hecho una analítica de sangre recientemente fue del 66%, un aspecto indispensable para un buen diagnóstico. No obstante, solo el 42% de los centros indagó acerca de tres o más antecedentes personales o familiares del paciente, mientras que la pregunta de si se tomaba algún medicamento no se formuló en 66 de los 110 establecimientos visitados, un aspecto fundamental que en ocasiones condiciona tanto el tratamiento como sus efectos secundarios.
Otro de los pasos que se debe seguir tras la exploración física es hacer un estudio antropométrico (con el que se mide la altura, el peso, los pliegues de grasa...) esencial para conocer si existen o no unos kilos de más, así como la distribución y cantidad de grasa corporal del cliente. En concreto, cerca del 16% de los 110 centros visitados se saltaron este paso.
¿Cómo pueden dar tratamiento si no conocen la dimensión del problema?De los 110 centros de adelgazamiento visitados el porcentaje de centros que se interesaron por si el cliente se había hecho una analítica de sangre recientemente fue del 66%, un aspecto indispensable para un buen diagnóstico. No obstante, solo el 42% de los centros indagó acerca de tres o más antecedentes personales o familiares del paciente, mientras que la pregunta de si se tomaba algún medicamento no se formuló en 66 de los 110 establecimientos visitados, un aspecto fundamental que en ocasiones condiciona tanto el tratamiento como sus efectos secundarios.
Otro de los pasos que se debe seguir tras la exploración física es hacer un estudio antropométrico (con el que se mide la altura, el peso, los pliegues de grasa...) esencial para conocer si existen o no unos kilos de más, así como la distribución y cantidad de grasa corporal del cliente. En concreto, cerca del 16% de los 110 centros visitados se saltaron este paso.
Productos estrella: los reyes del tratamiento
Los técnicos comprobaron que el 36% de los profesionales ofrece una información aceptable sobre los posibles tratamientos. Un 47% de los centros recurre a los tratamientos basados en productos estrella, un aspecto que, directamente, les penaliza porque estos tratamientos ni enseñan hábitos alimenticios correctos ni sirven para mantener a largo plazo la reducción de peso.
Sólo el 26% identificó correctamente el exceso de pesoPor lo que respecta a la duración del tratamiento los resultados tampoco son positivos: según consenso de los profesionales de la salud, lo lógico sería que el tratamiento durase hasta conseguir el objetivo marcado en el inicio. Sin embargo, esta premisa solo se cumple en el 55% de los centros visitados, de forma que el resto fija una fecha concreta (22%) o la deja en manos del paciente (23%).
Sólo el 26% identificó correctamente el exceso de pesoPor lo que respecta a la duración del tratamiento los resultados tampoco son positivos: según consenso de los profesionales de la salud, lo lógico sería que el tratamiento durase hasta conseguir el objetivo marcado en el inicio. Sin embargo, esta premisa solo se cumple en el 55% de los centros visitados, de forma que el resto fija una fecha concreta (22%) o la deja en manos del paciente (23%).
Profesionales sin formación específica
Tan solo médicos (endocrinos o especializados en nutrición) o diplomados y técnicos superiores en dietética están cualificados para establecer valoraciones nutricionales y recomendaciones dietéticas. En este sentido, el resultado es satisfactorio: apenas en casi uno de cada cuatro establecimientos los profesionales que atienden estos centros no poseían la cualificación recomendable.
En cuanto a la atención al cliente, apenas hay quejas en este sentido salvo en el 5% de los centros en el que se calificó el trato como 'regular' (especialmente significativo en casi la mitad de los centros visitados en Murcia y Alicante) y en otro más como 'muy mala' (en un establecimiento de la capital murciana).
En cuanto a la atención al cliente, apenas hay quejas en este sentido salvo en el 5% de los centros en el que se calificó el trato como 'regular' (especialmente significativo en casi la mitad de los centros visitados en Murcia y Alicante) y en otro más como 'muy mala' (en un establecimiento de la capital murciana).
El precio: una media de 1.400 euros
Del total de centros visitados, en tres de cada cuatro ocasiones esta primera consulta era gratuita mientras que en los que cobraban por esa visita el precio medio es de 35 euros.
En cuanto al tratamiento, algunos establecimientos sólo ofrecen la posibilidad de que el cliente lo pague por completo (en algo más de uno de cada tres) y otros cobran por visita (en casi dos de cada tres, alrededor de un 63% de los centros visitados). Cuando el tratamiento se ha de pagar íntegramente, el precio medio asciende hasta los 1.437 euros.
En cuanto al tratamiento, algunos establecimientos sólo ofrecen la posibilidad de que el cliente lo pague por completo (en algo más de uno de cada tres) y otros cobran por visita (en casi dos de cada tres, alrededor de un 63% de los centros visitados). Cuando el tratamiento se ha de pagar íntegramente, el precio medio asciende hasta los 1.437 euros.
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