viernes, 17 de junio de 2011

Una carrera de 11 años para superar barreras

Íñigo Pérez Yarnoz siempre sonríe. Su mirada y sus gestos rebosan optimismo. Esa alegría ha sido probablemente la fuerza interior que ha movido siempre su afán de superación. Cuando nació, sufrió una parálisis cerebral como secuela del parto. Por ello, no habla, no puede andar, no tiene precisión en los movimientos de sus manos y tampoco control completo de los movimientos de su cuello y cabeza. No obstante, a sus once años, camina con un andador, monta en su bicicleta adaptada, hace equinoterapia y hasta ha logrado hacer uso de la comunicación alternativa a través de un ordenador que acciona con su cabeza. «Todo esto es fruto de su afán por aprender y por hacer las cosas que hacen los demás, y del empeño de sus profesores y logopedas, fisios y educadores que le atienden, y de nosotros, su familia, que hacemos cuanto podemos», explica su padre, Vicente Pérez. Ahora, Iñigo participa en el certamen anual Romper Barrerasque convocan Toshiba y BJ Adaptaciones. 


Los profesionales que trabajan con él estaban convencidos desde el principio de su capacidad cognitiva y se afanaron en encontrar una vía alternativa de comunicación. Se pidió valoración al equipo de Psicología Evolutiva de la Universitat de Valencia, que recomendó un tablet PC y un programa personalizado y versátil con voz artificial. 

Tras contactar con la firma BJ Adaptaciones, sus expertos propusieron a la familia la aplicación «The Grid 2», un programa personalizado con paneles temáticos y teclado virtual, que realiza un barrido automático hasta que el niño selecciona uno, a través de un conmutador que acciona con la cabeza, colocado en su silla de ruedas. Esto le permite acceder a menús sobre familia, ocio, juegos, comidas, chistes, vocabulario, conceptos, números, cuentos, música, cine, correos electrónicos, webcam y otros elementos con los que se comunica y aprende. 
La información se va modificando con el paso del tiempo introducida por sus profesores y sus padres. Hace 10 meses que comenzó a utilizar este sistema y el avance ha sido «espectacular» aunque requiere «mucho esfuerzo y constancia porque hay que tener en cuenta que tiene serios problemas de control cefálico».

Un maratón constante

La mejora de su movilidad también ha sido una carrera de fondo prácticamente desde que nació ya que ha contado con rehabilitación intensiva. Primero, se le sometió al método Votja para activar su motricidad por medio de hasta cuatro masajes diarios. Después pasó a la técnica húngara Pëto, de rehabilitación en grupo para practicar movimientos básicos y fortalecerle. «La constancia de su trabajo es comparable a la de un atleta de alta competición», narra su padre. 

Además, se ha fomentado que vaya en una bicicleta adaptada que activa con las piernas y dispone del Walker, un andador alemán que le da autonomía para andar, por el que sus padres tuvieron que pagar 6.000 euros porque no está cubierto por la Seguridad Social. 

«Ser cicatero con los medios que necesitan estos niños es una grave injusticia»

Los avances técnicos y algunas terapias que se han aplicado a Íñigo Pérez han sido costeados por su familia, un aspecto que su padre critica con firmeza. «Las instituciones responsables de la educación pública tienen la obligación de dotar a estos niños de todo lo que necesitan para su formación inclusiva e integradora. Cualquier actitud cicatera con dotaciones materiales o tecnológicas con estos niños para que satisfagan su derecho universal a decir y ser entendidos es una grave injusticia», explica Vicente Pérez. Añade que hay padres que pueden pagar el material adaptado pero «la mayoría tiene que ver cómo sus hijos no tienen lo que necesitan y el paso del tiempo lastra sus posibilidades formativas». Destaca que «en un ambiente con escasez de recursos, la capacidad de trabajo de estos niños y el entusiasmo de los profesionales compensan otras carencias». Como ejemplo, señala que el Walker que usa Íñigo en Alemania lo tienen las personas con parálisis cerebral por la Seguridad Social y en España cuesta 6.000 euros.

Premio por votación popular 
Su ejemplo le ha permitido ahora presentarse al certamen anual Romper Barreras que convocan Toshiba y BJ Adaptaciones. Si gana —con los votos de los internautas que vean su vídeo— optará a un premio económico en material adaptado pero sobre todo «será todo un ejemplo de superación para otros». El propio Ayuntamiento de Torrent está haciendo campaña por el niño y la alcaldesa anima a los vecinos a votar su vídeo.

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